Desde siempre, el sol es la fuente principal de energía para nuestro planeta. Es la energía más poderosa y estudiada, además de ser una de las protagonistas indiscutidas de la transición energética.
Algunas de las ventajas de la energía solar son comunes a muchas otras fuentes renovables. La más importante es la de proteger a nuestro hogar del cambio climático. En efecto, recoger y aprovechar los rayos del sol permite reducir el uso de combustibles fósiles, eliminar las emisiones de gases de efecto invernadero y llegar, progresivamente, a la autosuficiencia energética.
Hoy les queremos compartir 6 puntos que muestran todo el potencial para suministrar energía diaria a las personas y las empresas que tiene la energía solar en comparación a otras energías renovables.
Es una fuente renovable e inagotable por definición
El sol representa una fuente de energía inmutable y, de hecho, inagotable. Además de ser una presencia fija, la energía solar que llega a la Tierra es también abundante.
El sol llega a todas partes
Puede parecer insignificante, pero el hecho de que cada punto de nuestro planeta esté iluminado por el sol, más o menos intensamente, brinda una doble ventaja. En primer lugar, la energía solar es una fuente que puede aprovecharse en cualquier lugar del planeta, incluso donde faltan infraestructuras y conexiones. El sol siempre es una buena alternativa. De hecho, la misma posibilidad no existe para muchas otras energías renovables, o al menos no pueden implementarse tan fácilmente.
Se combina muy bien con las baterías y la red eléctrica
Las plantas fotovoltaicas producen energía sobre todo en las horas centrales del día, pero gracias a sistemas de almacenamiento más eficientes, con mayor capacidad y fiabilidad, se pueden gestionar mejor las diferencias entre la demanda energética y la oferta natural del sol.
El sol genera riqueza local y empleo
Entre los empleos verdes, la energía solar es la forma de energía que crea más empleos para desarrolladores, constructores, instaladores y mantenedores de centrales. Aprovechar plenamente esta oportunidad significa, de hecho, dar un nuevo impulso a la economía y representa una posibilidad de inversión para familias, empresas y gobiernos.
Escasa necesidad de mantenimiento
Con una vida útil de 20 a 25 años, las intervenciones de mantenimiento de los paneles que se deben efectuar después de la instalación son las mismas que para una instalación eléctrica normal, a las que se le suman algunas limpiezas periódicas y algo más. Por ello, el mantenimiento es bastante reducido.
Verdes hasta el final de su vida
Los paneles fotovoltaicos son muy prácticos no solo durante la instalación sino también a la hora de retirarlos o sustituirlos. Desmontarlos suele ser muy sencillo y, además, los materiales que constituyen los paneles pueden ser recuperados, reciclados y reutilizados nuevamente, reduciendo aún más el impacto ambiental de este tipo de tecnología.
El futuro de la energía solar se presenta muy prometedor. Si las soluciones actuales ya pueden ofrecer garantías técnicas y económicas, en los próximos años nos esperan muchas innovaciones interesantes. ¡Y en Greenhaus ya somos parte de esta revolución!