Un aire acondicionado inverter es sinónimo de ahorro energético. Esto se debe a que elimina los picos de consumo por arranque y las paradas cíclicas del proceso de climatización. De esta manera, evita que el aire tenga que emplear energía de más en volver a reactivar el proceso.

Entonces, ¿cuál es la diferencia con un aire tradicional?
Los aires acondicionados on/off mantienen la temperatura seleccionada a través de un termostato que hace que el compresor arranque o se detenga cuando se enfría o calienta el ambiente (según se haya seleccionado).

La velocidad de este compresor es siempre constante. Lo que varía es la temperatura, que se ajusta encendiendo y apagando el motor. El aumento de consumo eléctrico en los aires on/off se debe a que se necesitan innumerables cuotas de energía para vencer la inercia del compresor detenido.

En cambio, en los aires inverter, la temperatura se ajusta variando automáticamente la velocidad del compresor, minimizando el apagado del motor, además de disminuir el consumo al dosificar la carga aplicada a cada régimen.

De esta manera, podemos controlar de forma eficiente la velocidad del compresor, reduciendo al máximo sus ciclos de encendido y apagado, que tanta energía consumen.

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